EL HILO DE ARIADNA

La historia es una película. Tiene como en la mitología un hilo conductor, el mismo que le permitió a Perseo salir del laberinto después de matar al Minotauro. Los convocados por Macri, y él mismo, son los continuadores históricos de los que contribuyeron a la fragmentación de América Latina asociados al capital y los intereses británicos. Son los Rivadavia y Mitre, a los que este último junta en la misma vereda en la historia oficial.

Escribía San Martín a su amigo O`Higgins: “Los autores del movimiento del 1 de diciembre ( que concluyó con el fusilamiento de Dorrego) son Rivadavia y sus satélites, y a Ud. le consta los inmensos males que estos hombres han hecho, no solamente a este país, sino al resto de América con su conducta infernal”.

¡Estos esperpentos no se animan a asumirse como lo que son! Sus ideas fueron encarnadas en otras épocas, en personajes como Salvador María del Carril, vicepresidente de Urquiza y luego presidente de la Suprema Corte con Mitre, que en carta a Lavalle, después de instigar al fusilamiento de Dorrego le escribía: “ Me tomo la libertad de prevenirle que es conveniente recoja usted un “acta” del consejo verbal que debe haber precedido al fusilamiento…

…y si para llegar siendo digno de un alma noble, es necesario envolver la impostura con los pasaportes de la verdad, se embrolla, y si es necesario mentir a la posteridad, se miente y se engaña a los vivos y a los muertos.” Son los que aislaron a San Martín, los que llevaron a Bolívar a decir “Aré en el mar”, los que acuchillaron a Monteagudo, los que envenenaron a Moreno, los que fusilaron a Morazán, los que instigaron a Somoza a asesinar a Sandino, ...

...los que arrasaron con el Paraguay proteccionista y desarrollado en la guerra de la Triple Infamia, los que condenaron al exilio a Artigas, los que bombardearon Plaza de Mayo y La Moneda, los que fusilaron en los basurales de José León Suárez, los que auspiciaron el Plan Cóndor, los que vieron con satisfacción los métodos clandestinos del terrorismo de Estado. Son los que hoy han mantenido un estruendoso silencio cómplice sobre el golpe de estado en Honduras, o lo minimizan porque Honduras no interesa. La misma actitud de sus antecesores del siglo XIX. Son los que sobre cadáveres aplicaron el fundamentalismo neoliberal y remate de las riquezas sociales acumuladas. Apenas algunos ejemplos de los miles que surcan la sufrida historia latinoamericana.

Ahora sólo toleran las democracias cuando son funcionales al establishment. “Les damos elecciones periódicas, sostienen, y Uds. nos agradecen dejando que ordeñemos el mercado” afirman en un lenguaje implícito. Cuando la democracia es más que un régimen periódico de elecciones, cuando en lugar de distribuir hacia arriba se distribuye hacia abajo con diferente grado de intensidad, aparece el demonio del populismo y entonces los Mario Vargas Llosa dicen que se subvierte la democracia y las alinean en el eje del mal. Los medios reemplazan en la actualidad a la función que muchas veces cumplieron las fuerzas armadas desactivadas de esa función después de la década del noventa.

La democracia regresó de la mano del presunto libre mercado y de la mano invisible, del librecambio y del remate de los patrimonios nacionales. Cuando los vientos cambiaron después de las enormes devastaciones económicas, los medios son la voz, el mensaje y la penetración de los sectores económicos concentrados. Y cuando los gobiernos populistas tienen la idea de concertar acciones en común retomando las ideas de los libertadores del siglo XIX y emprenden acciones para acotar la impunidad de las mentiras, el establishment se agita y emprende acciones desestabilizadoras.

Y los Quiroga, Aznar, Macri, Piñera, sus empleados como los autores del idiota, se relamen suponiendo que ha llegado nuevamente su hora. Que todo no ha pasado de una pesadilla. Están muy lejos de ser inofensivos a pesar de su precariedad ideológica. Son el poder o sus representantes. Son los herederos contemporáneos de Franco, Pinochet, de la rosca del estaño de Hoschild, Patiño y Aramayo, de Videla y de Menem.

Con diferentes envoltorios y en escenarios diferentes. Los que se envuelven en las banderas de la República y las Instituciones que sólo recuerdan cuando aparecen movimientos populares. Son los habituales ganadores que creen que la historia y el futuro les pertenecen y lo han escriturado a sus nombres

La política es una relación de fuerzas. Esa relación determinará si se sigue avanzando o sólo se ha recorrido una tenue y precaria primavera.

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