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jueves, 13 de agosto de 2009

Conoce usted a San Martín?

P. Carlos A. Mullins

“Serás lo que hay que ser o eres nada”

José de San Martín

El título de esta columna fue tomado de una bien documentada reseña história sobre el general José de San Martín, escrita por el doctor René G. Favaloro.

¿Escrita por quién?

Si, no te asombres, porque yo también tuve la misma reacción.El famoso cirujano cardiovascular argentino nos explica en el prólogo de su libro que alterna su profesión con dos entretenimientos “para recuperar energías”.

Sus pasatiempos preferidos eran la huerta y la indagación histórica, preferentemente argentina.Fruto de sus lecturas sobre el Capitán de los Andes y luego de tres semanas de encierro fue esa valiosa obra sobre San Martín, que concluyó el 16 de febrero de 1986.

La intención del doctor Favarolo al publicar esa reseña sobre San Martín ha sido doble.

Basado en la “Historia de San Martín y de la emancipación Sud-Americana”, de Bartolomé Mitre, y en la “Historia del Libertador Don José de San Martín”, de José Pacífico Otero, y en otras fuentes históricas, René Favaloro nos presenta un acabado bosquejo histórico de nuestro héroe.Pero, la preocupación meramente histórica no agota la inquietud del autor.

El último capítulo titulado: “Su presencia actual” nos da la clave para entender la intención del doctor Favaloro al publicar esta obra. No pretende “relatar una vez más la vida del Libertador”, afirma en el capítulo XIII, que marca el final del libro.

Lo que más le preocupa es el momento histórico que vivía en 1986 la Argentina y Latinoamérica.El ejemplo de San Martín, sus virtudes no sólo como ciudadano sino como militar, el sentido del honor y la honestidad deben inspirar a quienes buscan el camino para lograr en justicia y libertad, una nueva sociedad.

Esta es la intención altruista que motivó al doctor Favaloro a dedicar tres semanas de intensa actividad a fin de presentar “el ideal Sanmartiniano” como fuente de inspiración para las nuevas generaciones.

Frente al “facilismo” que ha comenzado a deteriorar a la sociedad y a la juventud, San Martín opone el ejemplo de un “esfuerzo honesto en aras de grandes ideales”.Ante el afán generalizado de vanagloria y de acumular riquezas, San Martín contrapone una gran modestia, que lo lleva a renunciar a las manifestaciones de admiración, luego de sus triunfos militares.

Cuando a diario se revelan casos de corrupción en las clases dirigentes, San Martín ofrece el ejemplo de una honestidad transparente.No sólo no se apropió de ningún dinero público, sino que llegó a renunciar a su sueldo de general del Ejército de los Andes, mientras duró su enfermedad en Chile, en el año 1817.

San Martín era un enamorado de los libros. Poseía setecientos volúmenes, de los cuales sesenta y tres eran de temas militares, el resto eran de cultura general.Fundó tres bibliotecas y ayudó a varias escuelas.Al fundar la escuela de Lima dijo: “Los días de estreno de los establecimientos de educación son tan luctuosos para los tiranos, como plausibles para los amantes de la libertad”.

San Martín fue un ferviente defensor de la libertad y de los derechos del hombre.

Cuando en Mendoza dicta un decreto por el cual se debe dar una comida más a los presos, escribe: “Conozca el mundo que el genio americano abjura con horror los crueles hábitos de sus antiguos opresores.

Y que el nuevo aire de libertad que empieza a respirarse extiende su benigno influjo a todas las clases del Estado”.

Una de las grandes preocupaciones de San Martín era la unión nacional, por eso se mantuvo alejado de toda confrontación entre los mismos criollos.

El 13 de marzo de 1819, San Martín le escribió a José Artigas una carta en la que le dice: “creo que debemos cortar toda diferencia y dedicarnos a la destrucción de nuestros crueles enemigos los españoles...no tengo más pretensiones que la felicidad de la patria”.

San Martín, al igual que Bolívar y Artigas, tenía una clara conciencia de que estaba luchando por “la independencia de América”.Este ideal era tan altruísta y desinteresado, que cuando llegó la hora de la renuncia, luego de la entrevista con el general Simón Bolívar de Guayaquil, Ecuador, supo anteponer la libertad de América a sus intereses personales.

No hay duda de que San Martín es uno de los grandes personajes de la historia. Pero el “mensaje Sanmartiniano” no ha de quedar relegado en el pasado, es imperativo hacerlo una “presencia actual”.

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