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miércoles, 29 de julio de 2009

Hay memoria en ésta sociedad?

Alerta Memoria

El día en que el doctor Favaloro rompió más corazones que los que curó
Hace 9 años el médico cardiólogo terminó con su vida con un certero disparo en el corazón. Estaba sumido en una depresión por la situación financiera de la fundación que llevaba su nombre.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).

Eran las 16:30 del 29 de julio de 2009.

Sólo, en su departamento de Barrio Parque, Rene Favaloro tomó un revolver Magnum 357 se encerró en el bañó y se apuntó así mismo. No a la boca, no a la sien, sino a la parte del cuerpo a la que le había dedicado la mayor parte de su vida: el corazón.



Estaba deprimido.

El médico sufría por una gran deuda que sostenía la fundación que llevaba su nombre y él mismo no pudo solucionar.

Los colaboradores de Favaloro aseguran que, en los últimos días, el cardiocirujano "estaba con una preocupación normal y lleno de proyectos". Dicen que nadie supo entrever en los gestos cotidianos del eminente hombre de medicina el germen de una tremenda decisión.

"A veces comentaba que sentía que algunas personas le habían dado la espalda ante ciertos problemas financieros de la fundación", dijo uno de estos allegados, que, no obstante, agregó:"El doctor trabajaba en proyectos, preparaba una conferencia que iba a dar en Baltimore, estaba a punto de recibir una distinción en Barcelona. Cómo pensar que podría quitarse la vida".

Favaloro fue un médico de origen humilde, que nacido en un barrio popular de La Plata, en Buenos Aires, rápidamente inició una prominente carrera en el ámbito de la Medicina, para especializarse después en las enfermedades cardiorrespiratorias y cardiovasculares.

En 1966 diseñó uno de los inventos más importantes de la ciencia cardiováscular: el by pass.
Hubiera podido aceptar alguna de las muchas ofertas que tuvo del exterior para investigar y enseñar, pero prefirió quedarse a servir a su país, con la consecuencia que tuvo que optar por el suicidio ante la situación a que lo llevó la crisis económica y la falta de reconocimiento oficial.


El cuerpo del cardiocirujano fue encontrado cerca de las 16.45 por su secretaria privada, y por el hermano de esta mujer. Lo primero que hicieron fue avisarle al portero del edificio y, luego, a la Policía.

Según fuentes del caso, la secretaria y su hermano llegaron al departamento y notaron que la puerta tenía la llave puesta. Tocaron el timbre, esperaron un rato, y finalmente con su propia llave destrabaron la cerradura para entrar. Favaloro no aparecía por ningún lado. Empezaron a revisar la casa hasta que por una hendija de la puerta del baño se dieron cuenta de que estaba allí adentro.

Intentaron entrar, pero la puerta estaba trabada, con el cuerpo del médico obstruyéndola. Entonces llamaron al portero, quien los ayudó a sacar la puerta de su lugar. Cuando entraron, vieron a Favaloro tirado en el piso, ensangrentado, con una herida de bala en la tetilla izquierda y un orificio de salida por la espalda. Sobre el lavatorio estaba el revólver calibre 38 con el que se habría disparado.

En el espejo del baño encontraron algo más: una nota pegada en la que el cardiocirujano pedía a quien lo hallara que avisara enseguida a dos sobrinos, un hombre y una mujer. Más tarde habrían aparecido cartas escritas por él que explicarían su decisión.

Al abandonar el edificio, el por entonces ministro de Salud, Héctor Lombardo, confirmó el suicidio de Favaloro y se refirió al balazo en el pecho: "Parece una paradoja que quien rescató tanta gente con problemas cardíacos haya muerto de un disparo en el tórax y presuntamente por su propia mano".

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