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jueves, 23 de julio de 2009

La Serpiente de Oro - Ciro Alegría

La historia que no olvidaremos jamás


- Cuente, cuente, don Matish – pidieron varias voces.

Y el viejo repuso:- Entón voya contales y no olviden po ques cosa quiun cristiano debe tenela presente…

Y relató la historia que nosotros no olvidaremos jamás y que diremos a nuestros hijos con el encargo de que la repitan a los suyos, y así continúe trasmitiéndose, y nunca se pierda.


...- Yera po un tiempo quel Diablo salió pa vender males po la tierra.

El hombre ya bía pecao y taba condenao, pero nuabía variedá e males yentón el Diablo, costal enel hombro, iba po to los caminos e la tierra vendiendo los males questaban enel costal empaquetaos, pue los bía hecho polvo.

Yabía polvos e to los colores queran to los males: ay taban la miseria y lenfermedá, y lavaricia yel odio, y la opulencia que tamién es mal y lambicia, ques mal tamién cuando nues debida, velay que nuabía mal que faltara… Y dentresos paquetes bía uno chiquito y con polvito blanco quera puel desaliento…

Yasies que la gente iba pa comprale y toítos compraban enfermedá, miseria yavaricia, y los que pensaban más compraban opulencia y tamién ambicia… Y to era pa hacerse mal dentre cristianos…

Yel Diablo les vendía cobrándoles güen precio, yal paquetito con polvito blanco lo reparaban y naides liacía caso…

“¿Qués pueso?”, preguntaban po mera curiosidá.

Yel Diablo respondía: “el desaliento”, yellos decían: “ese nues gran mal” y no lo compraban.

Yel Diablo senojaba, pue la gente le parecía demasiao cerrada pa la idea.

Y cuando e casualidá o po mero capricho alguno lo quería comprar, preguntaba: “¿Cuántos?”, yel Diablo respondía: “tanto”.

Yera pue un precio muy caro, más precio quel de toítos, y velay que la gente se reía diciendo que puese paquetito tan chico y que nuera tan gran mal nostaba güeno que cobrara tanto, insultándolo tamién al Diablo quera muy Diablo po querelos engañar toavía…

Yel Diablo tenía cólera y tamién se reía viendo como no pensaba la gente…

Yasies que vendió to los males y naides le quiso comprarel paquetito po quera chiquito yel desaliento nuera gran mal.

Yel Diablo decía: “conéste, todos; sinéste, niuno”.

Y la gente más se reía pensando quel Diablo siabía güelto zonzo. Y velay que sólo quedó puel paquetito y no daban porél niun cobre…

Entón el Diablo, con más cólera toavía y riéndose con mera risa e Diablo, dijo: “estés la mía”, yechó pal viento tuel polvo pa que vaya po tuel mundo…Yentón to los males fueron poquese mal es toítos. Sólo pue hay que reparar nomá pa darse cuenta…

Sies afortunao y poderoso y cae desalentao pa la vida, nada le vale yel vicio luempuña… Sies humilde y pobre, entón el desaliento lo pierde más luego toavía…

Asies comuel Diablo hizo mal a to la tierra, pue sinel desaliento niun mal podía pescalo a niun hombre…

Yaitá enel mundo, yonde algunos más, onde otros menos, siempre les llega y naides puede ser güno e verdá, pue no puede resistir comues debío la lucha juerte e lalma yel cuerpo ques la vida…

Cristianos e Calemar: quel desaliento nuempuñe nunca to nuestro corazón…

Ciro Alegría, La serpiente de Oro, cap. 19

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