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domingo, 19 de julio de 2009

Biceversa - Suplemento SOY - Página 12 - Parte Dos

Cuestion de grados

Y si no hay casi diferencia, ¿por qué los hombres y las mujeres bisexuales que buscan entablar un vínculo amoroso suelen enfrentarse a celos o sospechas que los discriminan?

“Socialmente, las personas bisexuales no somos tomadas en serio.

Y esto en parte lo atribuyo a la carencia de elementos identitarios propios –opina Julio–.

No hay puntos de encuentro o lugares bisexuales, como sí hay lugares para gays y lesbianas, ni espacios de pertenencia como los que tienen los osos o los leathers, por ejemplo.

Y esto es así porque muchos insisten en ver la bisexualidad como una práctica.
Cuando no como un signo de hipocresía, si se tiene la idea de que en el fondo se trata de gays y lesbianas que mantienen una vida heterosexual para seguir siendo socialmente aceptables”.

En este punto, Adela sugiere que los prejuicios en contra de las personas bisexuales suelen darse de manera más marcada entre gays y lesbianas.

“Me parece que a las lesbianas no les gustan mucho las mujeres bisexuales.

Por ahí piensan que una mujer bisexual nunca puede ser del todo leal, aunque conozco lesbianas que se proponen conquistarte porque como mujer bi o heterosexual les parecés más atractiva.

Yo he intentado varias veces levantarme a minas que sabía que nada que ver con la fantasía de iniciarlas. Además, a las lesbianas les gusta juntarse entre lesbianas.

No sé si son tan aceptadas entre ellas las bisexuales en un grupo de amigas. Muchas ven la bisexualidad como una forma de histeriqueo; como un peligro, incluso.

El otro día fui a ver la obra de Dani Umpi, Nena, no robarás, y al final el protagonista gay se enamora de una chica y se termina haciendo hétero.

Y lo que ves es cómo los amigos gays lo recritican y se comportan como acaso podría esperarse de un grupo de amigos heterosexuales si uno de ellos saliera del closet.

De hecho, tengo un amigo que durante años estuvo con chicos y que sabíamos que era gay hasta que un día se puso de novio con una chica y nos dejó a todos boquiabiertos.

Y si bien es poco común que se dé una situación así, está bueno plantearla para que se vea cómo funcionan de uno y otro lado los mismos prejuicios.”

Tampoco es común que haya bisexuales que repartan su atracción por hombres y mujeres con criterios salomónicos. No se trata de una programación matemática, puesto que la mayoría de las personas bisexuales se sienten, generalmente, un poco más atraídas por uno u otro sexo.

“No creo que ser bisexual sea algo que haya que asumir –dice Mónica, 45 años, socióloga–. En todo caso, una se puede preguntar si será lesbiana porque le gusta una chica...

Pero la verdad es que en mi caso no tuve mayores problemas ni me pregunté demasiado ninguna cosa.

No me han gustado demasiadas chicas en mi vida: me enamoré dos veces de dos mujeres y estuve en pareja con cada una. Bueno, con la última me casé en ceremonia apócrifa, pero casorio al fin.

Y también me gusta Hillary Swank, es cierto, pero no miro chicas por la calle, no me conmueven sus cuerpos ni nada de eso, es muy específico lo que me sucede con algunas, atracción pura o nada. Con los varones, en cambio, sí los miro, en la calle, en la playa, en las películas.

Fantaseo también, no me cuesta nada echarme un polvo ocasional –cosa que difícilmente haga con una chica–, y hasta puedo llegar a pagar por un polvo con un varón, como si fuera un gusto que es posible darse.

Por supuesto también me enamoré de hombres y he estado en pareja largo tiempo con algunos (en este momento, de sólo pensarlo me da fiaca; sin duda para la vida de a dos me gustan más las chicas), pero con un pensamiento bien heterosexista y casi machista del asunto, los veo como parte de una película porno, objetos sexuales, eso.”


De ahí que el grado de atracción que las personas bisexuales sienten por el sexo al que son más proclives no siempre suponga una mayor afinidad sentimental por ese sexo, y viceversa. “Por las mujeres siempre sentí una atracción más emocional, más romántica.

A la hora de pensar en una historia de amor, siempre me veía más con una mujer que con un hombre. Independientemente de que a lo largo de mi vida me he sentido tal vez más atraído sexualmente por chicos –confiesa Julio–.

En mi caso me da lo mismo que el otro sea gay o bisexual.

¿Viste que hay gays a los que les gusta curtir con bisexuales?

Bueno, a mí no. Me da exactamente lo mismo. Incluso, si tuviera que elegir, prefiero los chicos más bien afeminados.

No tengo el morbo del chongo, para nada. Aunque sé bien que mi gusto no es el de la mayoría.

Basta meterse en cualquier chat o página de contactos para ver que la mayoría de los gays buscan chicos ‘masculinos’.

Mientras que lo que a mí me gusta, tanto en un hombre como en una mujer, es la personalidad, la sensibilidad femenina.

El machote, el fútbol, el pibe de barrio... todas esas cosas me aburren muchísimo.

Me atrae, sí, que el otro tenga los vericuetos de lo femenino. Quizás ésa sea mi manera de buscar que las dos cosas puedan coexistir en una misma persona.”

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