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lunes, 20 de julio de 2009

Coordinación Represiva entre argentina y Bolivia...

01/07/2006

02:31 Clarin - El País - Pág. 10 / Archivo El Clarin

COORDINACION REPRESIVA ENTRE LA ARGENTINA Y BOLIVIA EN EL MARCO DEL PLAN CONDOR

Documentos secretos sobre la desaparición de bolivianos Son cables de la diplomacia de la dictadura argentina enviados en 1980. Revelan también el traslado de dos argentinos detenidos en Bolivia.

informe Daniel Santoro
dasantoro@clarin.com

Evo Morales en su regreso a Bolivia tiene, además del acuerdo del gas, otra importante noticia:

una serie de documentos secretos de la Cancillería aporta nuevas pruebas sobre el secuestro y desaparición de bolivianos durante la dictadura argentina en el marco del llamado plan Cóndor.

Además, de dar indicios sobre la desaparición de argentinos en Bolivia durante la dictadura del general Luis García Meza.

Los documentos a los que accedió Clarín en exclusiva revelan que en octubre de 1980 –dos meses después del golpe en Bolivia contra la presidenta Lidia Gueiler– García Meza quiso enviar a la Argentina “36 presos políticos.

Entre ellos “se encontraría el Juan Lechín Oquedo –ex titular de la Confederación Obrera Boliviana–, además de dos argentinos con antecedentes subversivos”, dice uno de los documentos.

Otro de esos télex “secretos” enviado el 24 de octubre por la embajada argentina en La Paz a la Cancillería contiene una lista de 36 bolivianos encabezada por “José Morales Guillen, Miguel Azurduy Surita y Sergio Quispe Salas”, pero sin el nombre de Lechín quien se exilió en Francia. No se sabe el destino del resto de los bolivianos.

Estos papeles fueron encontrados de casualidad el año pasado por el embajador argentino en Honduras, Alfredo Forti, al mover una caja blindada en su oficina en Tegucigalpa.

Bielsa comentó el hallazgo al presidente Néstor Kirchner y se ordenó profundizar la investigación para redactar “un libro blanco” de la participación de la dictadura en el golpe de 1980 en Bolivia y en el entrenamiento a los contrarrevolucionarios nicaragüenses en Honduras, informaron fuentes oficiales.

El juez federal Guillermo Montenegro, quien investiga el plan Cóndor –un programa creado por las dictaduras del Cono Sur para intercambiar prisioneros– no tiene esta nueva documentación.Montenegro investiga la desaparición de otros cuatro bolivianos que fueron detenidos en la Argentina y enviados a Bolivia por la dictadura en 1976:

Oscar Hugo González de la Vega, Erasmo Suárez Balladares, Gustavo Medina Ortiz y Juan Jordán Vervellone.Además, el secuestro en Bolivia, traslado a la Argentina y posterior desaparición de Luis Tamponi y Graciela Arles.

La prueba más contundente del traslado de Arles fue el hallazgo en nuestro país de la hija que tuvo por un embarazo en Bolivia.Por estos seis casos está procesado y preso como jefe de una asociación ilícita que ejecutó el plan Cóndor el ex dictador Jorge Videla, entre otros militares.

El gobierno del Proceso fue uno de los primeros en reconocer al dictador García Meza. Pero el apoyo de Videla al golpe contra la presidenta de Bolivia, Lidia Gueiler, no fue solo diplomático, ideológico y logístico sino fundamentalmente militar.

Unos meses antes del golpe, “por lo menos cuatro oficiales del batallón de Inteligencia 601 del Ejército y un grupo de suboficiales” viajaron en secreto a La Paz para entrenar a civiles bolivianos “en técnicas de lucha antisubversiva”, según fuentes oficiales y judiciales consultadas por Clarín.

Aunque García Meza ya se había hecho asesorar por el criminal de guerra nazi Klaus Barbie, conocido como el “carnicero de Lyon” durante la Segunda Guerra Mundial.

Esos oficiales del 601 están sospechados de haber participado de la llamada masacre de la calle Harrington durante la cual paramilitares bolivianos asesinaron al dirigente de la COB y líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, entre otros.

En su informe especial por el 30° aniversario del golpe del 24 de marzo de 1976 en la Argentina Clarín reveló que sobrevivientes de la masacre afirmaban que “los asesinos (de Quiroga) hablaban como argentinos”.

Al margen de ese grupo de tareas del 601 que operaba clandestinamente, las FF.AA. argentinas tenían una fuerte presencia oficial debido a la rivalidad con Brasil en el marco de las teorías geopolíticas de la época y Videla compraba gas boliviano a precio subsidiado, lo que constituía el principal ingreso del presupuesto boliviano.

Precisamente, Evo Morales firmó el jueves un acuerdo gasífero con el presidente Néstor Kirchner (ver página 16).En 1980, el Ejército tenía, además del agregado militar, asesores en el estado mayor y en las escuelas de inteligencia, superior de guerra y técnica del ejército boliviano, además de un profesor de equitación (el deporte favorito de García Meza).

La Fuerza Aérea, además del agregado, tenía dos profesores de vuelo de los aviones Sabre que había regalado a Bolivia.Y Massera tenía una misión especial con casi 20 marinos, a pesar de que Bolivia no tiene salida al mar.

Massera y Rubén Darío

Además participar del golpe en Bolivia, la dictadura apoyó con asesores y armas a las dictaduras centroamericanas.

En ese contexto, el almirante Massera movió cielo y tierra para mandar una urna con tierra argentina y una placa con un mensaje suyo para la tumba del poeta nicaragüense Rubén Darío, quien había vivido en la Argentina.

Entre la documentación encontrada en la Cancillería figura una carta que el secretario de Massera, el capitán de navío Horacio Zaratiegui hace ese pedido en 1977 al embajador argentino en Managua, durante la época del dictador Anastasio Somoza.

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