Seguidores

martes, 21 de julio de 2009

La bolsa o la gallina - Suplemento La 12 ·3era parte

La bolsa o la gallina

Olvidémosla.

Para qué comprar una Etelvina, esa hermosa gallina guardabolsas:

// dejará en evidencia la indiferencia ante la mencionada campaña y la insensibilidad por el bienestar animal al tener en casa a un pollo patas para abajo, como a punto de ser acogotado.


Y todo por $70. ¿Demasiado políticamente incorrecto?


Entonces, volvés a tu casa sin la gallina pero con las compras del supermercado chino apiñadas en el bolso pro, y ahí está él: changuito ruedas tipo 4x4, hermoso, parecido a una valija cabsize, tela marrón con lunares beiges.

Tu vecina lo empuja y, tranquila, con la otra mano sostiene a su caniche.

Apenas entrás, buscás en Google “Arredo” y lo encontrás: cuesta más de $100, se destaca como “Objeto de decoración” (viene también en animal print, su versión underglam).


El psicoanálisis dice que el objeto satisfactor de la felicidad no existe, se corre todo el tiempo.

Pero a veces pareciera que está ahí, en la vidriera o peor, al alcance de la mano en las tiendas modernas donde sólo te atiende la persona que cobra.

Le Corbusier –además de arquitecto, diseñador– creía que la arquitectura podía cambiar el mundo, relacionaba diseño con utopía, pero relacionaba belleza y libertad con racionalismo y austeridad.

Quizás la cita viaja demasiado lejos a la hora de pensar las consecuencias inmediatas de la llamada democratización del diseño.

¡Diseño en todas partes!

En aparatos tecnológicos, indumentaria, elementos de limpieza... hasta en el papel higiénico.

Hasta en el tiempo libre.

Palas y escobas animal print, guantes de lavar los platos con plumas, palitas para arreglar las plantas con forma de vaquita de San Antonio.

Delantales que parecen una prenda by Juana de Arco.

Sartenes pintarrajeadas en la parte que va al fuego (no aptas para cacerolazos).

Electrolux se entusiasmó en serio: tooneó una aspiradora al estilo high cuouture: le incrustó 3730 cristales Swarovski.


“Sobre todo en tiempos de crisis, se debe privilegiar la función de los objetos.

Pero es cierto que la neurosis del ama de casa puede ser más benigna si se le agrega un condimento lúdico. De todas formas, si ese objeto no brinda una satisfacción sólida, pronto va a requerir de un nuevo objeto para desandar la frustración.

Si no está resuelto cabalmente su aspecto funcional, es consumismo barato, es suicido plantario”, opina Marcos Shayo, director de Productos Banus y miembro de la Asociación Argentina de Inventores.

Shayo inventó la cortina magnética y la jabonera Banus, objetos amigables en cuanto a función y economía.


No es cuestión de ser apocalípticas si todo es puro diseño.

Celebramos la llegada de la pava eléctrica que, aunque nos divorcia de la contemplación del fuego, nos permite tomar mates sin quemarnos la lengua.

Compramos los pañales más modernos porque sabemos que en serio cuidan el culito del bebé de dermatitis.

Nos divierte que nos regalen portarretratos dobles con formas de anteojos y posamos la mirada en la revista que presenta las banquetas de plástico con patas símil elefante.

Hasta pesarnos duele menos si la balanza tiene cierto touch.


Pero tampoco es cuestión de ser ciento por ciento integradas.

Es que hay tanto.

¿Es un chiste?

¿Un aliento?

¿Es una nueva exigencia la de estetizar incluso el ámbito más trabajoso de la casa?

¿Qué fue del batón, jogging y las pantuflas?

¿La celda del hogar se vuelve fashion?

¿Hay que maquillar las rutinas de la casa para creerlas tolerables?

¡¿Asistimos a la maitenización de la chica Utilísima?!

No hay comentarios:

Archivo del blog