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jueves, 23 de julio de 2009

Poema

La tarde y yo

la tarde apoya su voz sangrienta y moribunda en mi espalda que se arquea
y me prodiga maldiciones
me amenaza con no poder olvidar
jamás los siglos de vida que me encadenan
a esta tierra
donde también ella esta encadenada.
Los recuerdos se amontonan
en los ojos y los oídos
la voz de mi madre
y de mi hijo
las voces de todos
los que me rozaron apenas
sin dejarme al menos una caricia
y a quienesno pude acariciar siquiera
y menos aun
retener conmigo.
La tarde desolada
maldice mi vientre
y mi inocencia
me censura
y me expulsa fuera
de la primera madrugada
ajena al mediodía vital y enfurecido
me presume cobarde ya
después de tantas valentías vanas.
Las dos morimos
cada día
después de intentar
en un esfuerzo último y repetido
abarcar el cielo
ser luz
desaparecer las sombras
desquiciar la noche
sin esperanzas de permanencia
con la absoluta certidumbre
de volver a morir
después de cada intento,para ser sombra
noche
grillo solo
perdido en la inmensidad de una llanura vacía
con la voz sostenida en grito monótono
que nadie entiende.
La tarde me aprieta la garganta
con sus rayos agónicos
vomita sortilegios
para que no volvamos
a nacer mañana
para
de una vez por todas
no vernos más.

Mabel Zimmermann (Rafaela-Santa Fe/Argentina)

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