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lunes, 20 de julio de 2009

Invasores...Página 12 - Suplemento Radar - Tercera Parte

FABIO ZERPA... ¿TIENE RAZON?

Si bien Agostinelli no emite demasiados juicios de valor sobre los casos que investiga, no puede evitar por momentos expresar cierta simpatía hacia algunos, incluso los que protagonizan los casos más fronterizos.

“¡Es que es tan fácil atacarlos! José de Zer, por ejemplo, me genera una sensación ambigua: por un lado hizo prácticas periodísticas repudiables pero, por el otro, es un personaje encantador porque, finalmente, cuando Jesús Quinteros le preguntó si decía la verdad, él le guiñó el ojo y ahí lo compré porque blanqueó todo: hubiera sido un impostor si mantenía el personaje.

Cuando yo era un escéptico militante y bajaba línea, quería que lo raro tuviera explicación; ahora quise estar a favor de historias que cuentan personas sencillas y sorprendidas, con intención pedagógica o alguna finalidad superior; son predicadores, misioneros, personas que tienen algo que decir.

Las personas somos mucho más que una sola cosa. Es decir, que las historias de estos contactados son, a veces, más interesantes que sus objetivos. Por otro lado, me ayudó haber pasado yo también por algunas experiencias. Me metí en lugares donde habitualmente se ven platos voladores para experimentar lo que experimentan los testigos y después busqué explicaciones tranquilizadoras, ciertas o no.

¿Por ejemplo?

–En Capilla del Monte tuve un momento de crisis porque había luces, subí a la terraza con cuarenta personas que estábamos en un bar y todos vimos esas luces que se movían. Yo eso lo expliqué, después, como un efecto de contagio social ante la emisión de un punto de luz en un fondo oscuro. La explicación fue frustrante pero la experiencia no. Años antes también tuve otra vivencia emblemática en La Aurora, Uruguay.

Tenía 16 años, estaba con un amigo ufólogo, fuimos a esa estancia, no teníamos carpa ni nada. Sólo queríamos investigar por qué ahí aterrizaban ovnis todo el tiempo. En medio de la noche vimos luces que se movían en el horizonte, avanzábamos y avanzábamos y me cagué entre las patas. Al otro día cuando, volvimos al lugar, descubrimos que había una ruta donde pasaban autos.

No quiero olvidarme de preguntar lo siguiente: da la impresión de que tenés un tono bastante hostil con Fabio Zerpa.

–Me pasa algo bastante raro con él: para mí siempre estuvo en la categoría del chamuyo, como que no se termina de convencer de lo que dice, sólo tiene un cassette que le rinde. Quizás sea injusto porque no lo conozco pero él es la institución, los otros están abajo.

No tuve muchas ganas de hablar de él en este libro porque ya es parte de la cultura y siempre aparece. Es decir, no tenía ganas de encariñarme con él.

A mí me gustan los piqueteros, no los políticos de corbata; Zerpa es de River, no le habla al pueblo. Pero, a pesar de todo, cuando presentó Fabio Zerpa tiene razón, su biografía, en la Feria del Libro, yo fui porque quería sacarme las dudas de si iba a hablar otra vez de extraterrestres.

¿Y qué pasó?

–Curiosamente habló de él, por primera vez en mi vida lo escuché hablando de sí mismo: de su locura por el tango, por ejemplo. Me gustó el hecho de que en la mesa no lo acompañaran ufólogos sino actores. Yo siempre soñé con tener una charla a calzón quitado con él pero es un tipo muy difícil de bajarlo del personaje, alguien muy ortodoxo que controla perfectamente su discurso.

La última: ya que la imaginación es tan importante en estos temas, ¿cómo imaginás que podría ser, en el futuro, tu contacto más directo con extraterrestres?

–No soy capaz de imaginarme la manera en que eso sucedería porque no tengo ningún prejuicio respecto de otra inteligencia: no sé si sería humanoide o una nube inteligente o una medusa invisible.

Supera mi capacidad de imaginación porque los extraterrestres de los cuales nos hablan se parece demasiado a los que queremos creer; no quiero decir que la gente fantasee ni mienta, pero es llamativo que sus historias, por más increíbles que sean, nunca se aparten de un imaginario compartido.

Yo soy agnóstico:

No digo que no exista Dios o los extraterrestres pero no sé cómo se presentarían.
Es un asunto sobre el cual sólo cabe sorprenderse porque cualquier cosa que te imagines tiene que ver con tu concepto acerca de cómo funciona el Universo, y estamos hablando de otra cultura.

Lo que a mí más me fascina es la manera en que estas historias revelan cosas sobre el hombre y sus vínculos con sus pasiones, sueños, fantasmas, amigos, amor y país. Por otro lado, si algún día me encontrara con una historia en la que no quedaran dudas de que hubo extraterrestres escribiría otro libro, un libro científico sobre extraterrestres.

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