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domingo, 5 de julio de 2009

Dedos de dátiles por Ward El-Saquir,enviado por Esther Brolin

La novela Dedos De Dátiles de Muhsin Al-Ramli, es sorprendente, pero a mí personalmente me ha permitido leer algo sobre mi tierra, la tierra de la que me separa el destino, la tierra que no puedo olvidar, que no puedo dejar de amar, y me ha permitido volver a bañarme en mi río, el rio que tanto añoro, el mismo que abandonamos o quizás que nos robaron. He disfrutado del sol, del calor, he saboreado los dátiles más dulces, los dátiles de las palmeras del Tigris y el Éufrates, he vuelto a vivir con mi familia, compartiendo secretos con mis hermanas, y amando a mis primos…incluso he vuelto temerle a mi abuelo, recordando valores morales.
De repente entonces despierto en Europa, entonces me he sentido Selim, he cubierto mi habitación de fotos, he llorado por mi tierra, por mi patria, por mi historia, por mis museos, mis mausoleos, por todo lo que se llevaron y destruyeron.Añorándolo tanto, sintiendo tanta nostalgia, llorando siempre que lo herían, soñando cada noche con verlo feliz, esperándolo así pasen mil años, queriéndolo libre de tiranos, lleno de vida, queriéndolo sin más… te quiero Irak.
Despierto en Europa, si me siento Selim, no consigo, ni quiero deshacerme de mi mundo, de mi cueva, de mi refugio, de mi paz. Y me gusta así, me gusta tener mi pequeño Irak, ese que quizás no es real, ese en el que se vive libre y feliz, ese que sólo existe en el corazón de los iraquíes.Ese que siempre vivirá en el corazón de Selim.

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