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viernes, 17 de julio de 2009

Los negros en la Argentina

LA GACETA Literaria

CRITICAS DE LIBROS


Sobre la desaparición de un grupo étnico en Buenos Aires







Domingo 12 de Julio de 2009 19:30

Historia y ficción se reúnen para narrar la suerte de la comunidad negra en el siglo XIX.

NOVELA: "Fiebre negra", Miguel Rosenzvit (Planeta - Buenos Aires).

Por Jovita Novillo

En esta novela, que fue finalista del premio Planeta, el autor aborda el problema de la población negra en nuestro país e intenta, a través de la ficción, refutar la "historia oficial" sobre la extinción de ese grupo étnico de Buenos Aires.

Las tesis tradicionales que tratan sobre la desaparición de los negros en la Argentina sostienen que este fenómeno se debió a que habrían muerto en las guerras de la Independencia. Sin embargo, esta conjetura es cada vez más invalidada por investigaciones que nos permiten observar que hubo diferentes factores que incidieron en la notable disminución de esa población en el Río de la Plata durante el siglo XIX.

Esos elementos serían: la prohibición de la trata de esclavos en 1812; el aumento de la mortalidad entre aquellos que obtenían la libertad (al quedar librados a su suerte, se veían desprotegidos del "seguro" que les brindaban los amos, como la vivienda y los alimentos); las epidemias; y la elevada mortalidad infantil propia de la época, que se acentuaba entre los grupos de menores recursos.

A todo esto también se sumó la participación de los miembros de esta minoría en las guerras de Independencia, en las luchas internas, y en la guerra del Paraguay.

Estos conflictos provocaron la desaparición de los varones adultos, con la inevitable consecuencia del mestizaje de las mujeres negras con miembros de otras razas.

En 1853 se decretó la abolición de la esclavitud, los gobiernos liberales de la segunda mitad del siglo XIX promovieron la inmigración de población europea y, mediante el uso engañoso de las estadísticas oficiales (en las que no se registraba la raza o se los anotaba como trigueños y no como negros o mulatos), se generó la idea de que en la Argentina los negros habían desaparecido.

Pero, en realidad, no había ocurrido tal cosa: lo que pasó es que se mestizaron, se "blanquearon" y, desde el poder, no se los reconoció como descendientes de africanos.Dos centuriasLa acción de la novela transcurre en distintos tiempos: en el siglo XIX y en el siglo XXI.

En el siglo XIX sucede la historia de un negro liberto llamado Joaquín, nacido en Buenos Aires en 1820 en el seno de la familia Beltrán.

En el siglo XXI, más precisamente en 2008, el narrador nos cuenta lo que ocurre cuando una joven antropóloga descendiente de dicha familia toma posesión de la casa de sus antepasados, que permaneció cerrada desde 1871.Cada capítulo está fechado en distintos años (1820, 1827, 1831…) hasta 1871.

Entre ellos se intercalan los que transcurren en 2008. De este modo, podemos seguir la historia de Joaquín: su vida como soldado en distintos momentos (las luchas entre federales y unitarios, la Guerra del Paraguay) y también sus actividades como periodista en su comunidad.

Este recurso le permite al autor, a través de la azarosa vida de ese protagonista, relatar cómo fue la vida de los esclavos y de los libertos durante el siglo XIX, así como su difícil inserción en la sociedad decimonónica. El relato está matizado con la relación que se da entre el liberto y la hija de los Beltrán, y con la vida de la joven antropóloga del siglo XXI.

La novela refleja una seria investigación previa que el autor realizó sobre la problemática de la vida de los esclavos y sus descendientes en nuestro país. Rs amena, con diálogos ágiles, y mantiene el suspenso hasta el final, en el que se unen las historias de las dos centurias.

© LA GACETA

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