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martes, 14 de julio de 2009

Los Diarios e Internet

¿Vale la pena pagar por las noticias en Internet?

WASHINGTON, D.C.(Soitu.es)

La prensa ha visto cómo se reduce la inversión publicitaria a causa de la crisis. Y esta misma crisis disminuye la capacidad de los lectores para gastar en periódicos. También los lectores han tomado conciencia de que pueden informarse en Internet y hacerlo gratis.

Por eso, las suscripciones a los periódicos merman, y como cada vez tienen menos lectores (y más crisis), los anunciantes gastan menos en publicidad. ¿La inmediata consecuencia? Menos páginas, menos espacio para contar historias, despidos, cierres... ¿Cómo se acaba ahora con el círculo vicioso que ahoga estos días a los periódicos?

Los más lanzados empiezan a romperlo en la tercera fase. Es decir, que los lectores paguen por leer en Internet como lo hacen por el papel. Otra cosa será el precio. El primero de los medios de información general que parece lanzado a hacerlo es The New York Times. Según Bloomberg, los suscriptores han recibido una consulta para saber si desembolsarían unos 5 dólares al mes para tener acceso a la edición digital. Sólo hace dos años que el mismo diario abandonaba el pago por algunas secciones y abría su versión online de forma gratuita a todo el público. "Creo que se trata de un acto de desesperación.

La decisión no viene porque esté demostrado que así vayan a ganar dinero o porque ya hayan probado todas las alternativas. Cobrar en Internet no va a funcionar si no tienes un nicho —información especializada o única— que puedas vender", nos cuenta Jim Brady, ex director de las operaciones digitales de The Washington Post. Mark Potts, otro de los periodistas encargados del lanzamiento de washingtonpost.com en 1996, tampoco se queda corto en predecir el resultado de esta decisión: "Será un absoluto desastre".

The New York Times podría cobrar, a partir de otoño, la misma cantidad por un mes de edición digital que por el dominical del periódico. Esta comparación puede interpretarse de dos formas distintas: o la edición del domingo es de tal calidad que puede equipararse al acceso a la publicación online de todo el mes, o la publicación digital carece del valor añadido del fin de semana. Y ese valor extra en el contenido, más allá de los temas o la calidad de la redacción, es donde, según Brady, deben centrarse los medios para cobrar al lector. Para el nuevo consultor de The Guardian en Estados Unidos, la decisión de cobrar por leer contenido digital es la lectura equivocada del momento en el que estamos.

"Ahora mismo, una persona se levanta por la mañana y es como si abriera la puerta y tuviera 500 periódicos esperándole. Tienes que vender algo que no esté en ninguna parte, ni siquiera escribir bien vende. Tienen que ser los temas, los enfoques, que sean únicos".

¿Por qué no cobraron hace 12 años?

Mark Potts defiende la decisión de los medios en los años 90. "Es un gran error pensar que cometieron algún tipo de 'pecado' por no cobrar desde un principio. No se trata de blanco o negro. O no pudieron, o lo intentaron y no funcionó o, por una serie de razones, decidieron no hacerlo".

Entre ellos está The New York Times, que sólo hace dos años abandonaba su aventura de pagos en Internet. En concreto, dejaba de cobrar casi 8 dólares al mes por la sección de opinión y todo el archivo. Si se confirman las intenciones desveladas por Bloomberg, ahora podría bajar el precio hasta 5 dólares mensuales por toda la edición digital. Los diarios españoles han sido ejemplo de las diferentes opciones en Internet. En el otoño de 2002, El País puso de pago su edición digital. Mientras, elmundo.es, que también vivió aquel debate, decidió seguir en abierto —y cobrar sólo por acceder a su hemeroteca y a la edición impresa—.

Años más tarde, en 2007, la compañía encabezada por Juan Luis Cebrián rectificó aquella decisión, aunque entre tanto su rival había incrementado sustancialmente la ventaja como líder de audiencia de la red en castellano. En la actualidad El Mundo sólo cobra por el acceso a los últimos siete días de papel y por todo el pdf de su hemeroteca, mientras que El País lo hace únicamente por el pdf . Una decisión en perspectiva "Algunos de los que toman las decisiones actualmente no estaban cuando nacieron las publicaciones digitales, y otros que sí estaban parecen haberlo olvidado: algunas webs nacieron tan rápido que no pudieron desarrollar tecnológicamente un sistema de suscripción online", justifica Brady.

"Por otro lado, ¿quién daba su tarjeta de crédito en Internet en 1995?

Faltaba la confianza de los lectores". A las dificultades para cobrar en Internet se le unía el factor de que las ediciones digitales de los medios fueron concebidas en muchos casos como una operación completamente distinta de la impresa. Las redacciones eran diferentes y, en ocasiones, se trataba de dos empresas con financiación y recursos también independientes.

"Eran dos productos distintos, con riesgos diferentes, y no podíamos estar anclados a las condiciones y necesidades de la edición impresa", recuerda Brady de los comienzos de washingtonpost.com. Mark Potts también explica el planteamiento de la edición digital como una cultura diferente de la impresa, con perspectivas distintas. Existían, además, problemas legales, que comenzaron en cuanto el trabajo de un redactor del periódico era reproducido en la edición digital, tratada como una compañía distinta. "En otros diarios decidieron que la edición digital fuera producida dentro de la redacción del periódico, pero en ningún caso los resultados han sido tan buenos.

Creo que la opción separada del Post era probablemente mejor, siempre que hubiera un compromiso de convergencia en el futuro", nos explica Potts. Muchas empresas reaccionaron tarde para adaptarse a una nueva forma de compartir la información, quedándose en el volcado a la red de lo publicado en el papel.

Y ahora, más de una década después, cientos de medios digitales repiten el mismo contenido basado en las noticias de agencias, aunque se trate de la última hora. "Es muy difícil saber cómo perciben los lectores la información antes y ahora. El (Washington) Post hizo encuestas que mostraban que los lectores pensaban que una noticia en la edición digital había sido escrita por una persona distinta que la del periódico, cuando era la misma pieza.

Creo que ahora estamos viendo más confianza en el contenido de Internet, los lectores están más acostumbrados y lo prefieren, porque está actualizado", argumenta Potts. Quizás el New York Times quiera aprovechar esta sensación de confianza y su capacidad para publicar información actualizada al minuto para convencer a sus lectores de que paguen. La noticia del cuestionario mandado a sus suscriptores salía a la luz coincidiendo con la 'cumbre' de Sun Valley (Idaho), que concluyó ayer.

Allí, el análisis de beneficios y rentabilidad une a los grandes empresarios de medios de comunicación y tecnología. Pero a lugares como Sun Valley no se va a hablar del contenido que puedan ofrecer los medios, precisamente lo único por lo que muchos internautas siguen pagando: se mantienen las ventas de canciones y series de televisión en iTunes, a pesar de estar disponibles gratis en otros dominios; se multiplican las ventas de aplicaciones para el iPhone; y los canales especializados de televisión no tienen problemas para encontrar suscriptores en Estados Unidos
.
En Sun Valley se sigue hablando de cómo obtener beneficios de Twitter, YouTube o Facebook. Y quizá porque ya han tomado una decisión sobre su futuro en Internet, The New York Times no acudió a la cita por primera vez en muchos años.

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